De vuelta de las vacaciones, disfrutando del estrés vacacional…De vuelta de las vacaciones, disfrutando del estrés vacacional…

Bueno, ya no tan vacacional. Llevo ya dos semanas trabajando, pero en este caso, sarna con gusto… He tenido cambios en el trabajo que me darán casi para otro blog, ya os contaré. El caso es que estoy ahora sentado en el salón de mi casa. En el patio están los andamios de los pintores. Sí, estoy disfrutando de esos placeres tan típicos del verano, que no son la sangría y la paella (además, eso es comida de guiris; los españoles comemos paella, pero rara vez tomamos sangría. Tinto de verano, todavía, oiga). Los auténticos placeres de verano son las obras.

Que me pierdo. Es fácil no concentrarse si:

  • dedicas una semana de tus vacaciones a mover media casa para los pintores. Una de mis aficiones es la retroinformática, coleccionar ordenadores. Y no sabéis cuántos puedo tener por ahí guardados. Con sus disquettes, fuentes de alimentación, monitores…
  • te vas dos semanas a «descansar» con dos niños muy pequeños. Vuelves más cansado de correr tras ellos, digo, de descansar.
  • dedicas la semana de vuelta a seguir pintando y empiezas a trabajar, todo a la vez.

Estoy ahora mismo en unas jornadas de trabajo extenuantes, pero que me están dando muchas satisfacciones. Espero que pueda vivir para contarlo.

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Fecha para el SCJP

Ya comenté en entradas anteriores que quería sacarme el SCJP, y con qué armas estaba afrontando el lance. Pero el tiempo pasa, y no hay examen a la vista. Por eso, hoy me he comprometido con un compañero a presentarnos ambos el 1 de Septiembre. Con una fecha límite todo es más sencillo.

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p align=»justify»>Ahora hay que mantener la machada.

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Haciendo el Enjuto mojamuto con mi pda

Asi llevo un rato, como en el episodio de enjuto mojamuto «el peor dia de mi vida», reiniciando el Windows Mobile 5 de mi iPaq hw6915, «apagando y encendiendo el router», que se traduce en apagar el teléfono, encenderlo, meter el pin y volver a conectar a la red GPRS, reiniciando win mobile de nuevo…

Lo peor que puede pasarle a una persona en la vida es que se acostumbre a una tecnología que siempre funciona y que de repente falle. La frustración, e incluso el pánico que se generan cuando las cosas no funcionan «como siempre» son enormes. Pensemos en lo que pasa cuando hay un apagón largo. O el pánico que se desató cuando la red movil de vodafone cayo en españa. O lo que nos cabrea que no arranque el coche «justo ahora». O el típico remedio casero para arreglar cualquier aparato electrónico que falla: darle un golpecito.

Somos, como en casi todas las ocasiones, animales pasionales y no racionales. No pensamos en los cientos de veces que en los ultimos años ese coche se ha encendido a la primera, o ese modem se ha conectado a internet. Porque si fuéramos un poquito más listos simplemente intentaríamos solventar el problema dando un rodeo. Aunque lo normal sera que sigamos un rato probado con el dedo en el reset, por si acaso.

Y el caso es que mientras hacía todo ésto he conseguido escribir este texto en la iPaq… No tenemos remedio.

Os dejo con Enjuto, que lo explica mejor que yo:

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Contra-natura informática

Creo que voy a ser castigado por algún Ente Superior del mundo de los informáticos. Al menos, lo merezco. Debo confesar hoy mis pecados, que son muchos, y más aberrantes cuanto que no me he dado cuenta de ellos de tanto insistir en el vicio.

Hoy estoy trabajando. Pero no en la oficina. Estoy teletrabajando mediante una conexión vnc a mi ordenador de Isotrol. Es la forma de teletrabajo que más me gusta, ya que me permite sentirme «como en la oficina» pero con el pijama puesto. Accedo a todos mis ficheros de trabajo, el correo, etc., etc. Podría usar el web-mail, o el mail desde fuera con un cliente en mi portátil, pero al final, siempre necesitas algún fichero que espera pacientemente en tu disco duro. Claro, que hacer vnc a un equipo que está tras un firewall y cuya IP puede cambiar, ya que se asigna mediante DHCP no es algo tan sencillo como compartir el escritorio desde GNome, o instalar algún servidor de vnc. Podría haberme peleado con un http-tunnel, pero he preferido usar LogMeIn.

LogMeIn en funcionamiento

LogMeIn es un servicio en el que, tras registrarte, puedes empezar a añadir los equipos que controlarás remotamente. Añadir los equipos es tan sencillo como entrar en LogMeIn en el equipo que quieres controlar e instalar su propio programa de vnc. Este programa crea el http-tunnel e informa al servicio central de LogMeIn de si está encendido o no el equipo, la dirección IP que tiene, etc. Así, para conectarnos, bastará un navegador que soporte Java para poder acceder a nuestros equipos a distancia. Lo bueno de éste servicio es que:

  • no tengo que recordar direcciones IP ni otras historias tristes
  • es gratis (hay versiones avanzadas, pero la básicano tiene coste)
  • usa SSL (conexiones seguras encriptadas)
  • me permite gestionar varias máquinas de un vistazo
  • no hay que instalar nada en el ordenador desde el que accedo al «controlado», luego podría entrar en mi equipo desde cualquier ordenador (de un amigo, en un ciber-café, etc.)

Evidentemente es un riesgo de seguridad enorme, ya que se accede a la parte «interna» de la red. ¿Cómo evitar este riesgo? Impidiendo que la gente se lo instale (tarde, en mi caso :-)) o bien utilizando un firewall de aplicación, capaz de distinguir no sólo conexiones entrantes y salientes desde/hacia determinados puertos y ordenadores, sino de qué se habla en esas comunicaciones. El FW de aplicación utiliza la misma censura que existe en una carcel: abre las cartas, las lee y si ve algo sospechoso, las retiene. Si no lo tuviéramos, en la cárcel sólo se comprobaría que Scarface no le escribiera a sus compinches, pero no se haría nada con esas cartas familiares y entrañables a su «padrino».

Bueno, pero volvamos al principio, que me pierdo. Todo tiene una forma natural de usarse. En Informática, ésto también se cumple. Y, como con el resto de las cosas, siempre existimos pecadores tratando de funcionar de manera «extraña». Estoy teletrabajando. Con LogMeIn, contra una máquina XP de la oficina. Desde Safari, el navegador de mi MacBook Pro. Sólo ésto ya es rarito. Pero, claro, me estoy descargando mi correo personal. Y tengo el calendario iCal abierto, porque quiero sincronizar mi PDA HP iPaq hw6915, que hace un par de días que no lo hago. Y este calendario iCal, por supuesto, se está sincronizando, a su vez, con los calendarios de Google que uso para las citas de trabajo. Tengo otro ordenador encendido en la habitación, en el cual estoy duplicando un DVD mientras unos ficheros se van copiando a mi Time Capsule…

Y ahora, que suenen redobles. ¿Qué estoy haciendo con el ordenador del trabajo, al cual accedo desde LogMeIn? Estoy importando correo. He cambiado de cliente de correo y quiero, como es natural, mantener mis correos antiguos. Estoy migrando de Evolution a Thunderbird. Ésto en sí no es demasiado complicado: ambos programas usan el venerable formato mbox para almacenar los correos y además en varios sitios describen cómo migrar de uno a otro. Lo curioso consiste en que estoy migrando desde un Evolution cuyos datos están en una partición con formato Linux (ext3fs) a otra con formato Windows (ntfs).

Esto de usar 50 programas para tener la sensación de «trabajar» se podría asociar a un síndrome de déficit de atención para Frikis (NADD). Pero el usar un programa para acceder a un equipo, que a su vez no usa su sistema de ficheros nativos, que hace una emulación de nosequé mientras al final se está grabando otra cosa me parece de lo más aberrante.

Antes, uno usaba su MS-DOS con programas de MS-DOS. Nada de emulaciones, escritorios remotos o simulaciones de sistemas de ficheros extraños. Se usaban las cosas de manera natural. Hoy, con tantas posibilidades a nuestro alcance, es normal que pequemos. Aunque algunos ya aberrábamos desde pequeñitos y ejecutabamos MINIX en un 286 🙂

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Isotrol: Freniche Strikes Back

Isotrol

Isotrol

Repasando las noticias que he publicado este año me he dado cuenta que estoy en Septiembre y no he comentado en ningún sitio que mi forma de ganarme la vida ha cambiado… de nuevo.

Hace unos meses, hablando con David Ragel, el socio con el que fundé Elelog, me dijo que mi perfil era de cambiar de trabajo cada dos años. Creo que me lo dijo como algo peyorativo. Ya se sabe que si cambias mucho de trabajo es que no eres constante, te desanimas ante las dificultades, no tienes las cosas claras… Bueno, eso que se lo digan a Steve Jobs.

Curiosamente, las empresas suelen buscar estos perfiles, cuando los cambios están justificados. Si te han despedido por, digámoslo románticamente, hacer de Robin Hood con los beneficios de la empresa o por aparecer borracho en aquella reunión con los clientes, o salir con la hija del jefe quizá debas replanteártelo. Aunque siempre te puedes fugar con ella al caribe y beber mojitos con el dinero afanado…

Bueno, que me pierdo. El caso es que si has estado en diferentes puestos en diferentes empresas la teoría es que te has enriquecido como profesional. O eso dicen. Yo veo mis cambios como una búsqueda del trabajo que puedo hacer mejor, que es el que me hace feliz. Si un trabajo me aburre, lo normal es que me vaya. Si es difícil, o requiere muchas horas, o hay que trabajar mucho, o lo que sea, pero me motiva, es raro que me mueva.

En un trabajo así estaba hasta Enero del 2007. Impartiendo cursos de Java, Linux, UML, etc. por España. Escribiendo algún artículo en PCWorld. Leyendo, aprendiendo. Impartiendo los cursos de Incyde de consolidación de empresas. Viajando mucho. Vamos, el paraíso.

El problema se llama Gonzalo y tiene ahora casi 20 meses. Me niego a no ver crecer a mis hijos. Y tanto viaje se acaba notando. Así que estaba pensando esto cuando me vinieron a ofrecer un puesto en Isotrol. Responsable de Formación. Suena bien.

Así que me convertí en el Director del Departamento de Formación. Un compañero me dijo hace unos meses que yo era un departamento al que se puede invitar a un café: estoy yo solo. Mi trabajo: montar el departamento y gestionar la formación para una empresa de 230 personas, de momento.

Dedico mis días a terminar de equipar el aula del edificio Bluenet, a gestionar los cursos para los trabajadores, a detectar las necesidades de formación y darles solución, a ayudar a conseguir las diferentes certificaciones (Sun, LPI,  Oracle, etc.), a impartir algún curso esporádicamente. Hago muchas cosas y muy variadas, de las que iré contando lo que pueda (lo siento chicos de la competencia :-)) en sucesivas noticias.

Así que ya sabés dónde encontrarme.

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Ando melancólico y sensible…

No se si es por ver cómo mi hijo crece día a día. O por el cambio de trabajo. O porque estoy bajo de moral. Quizá simplemente sea porque ahora tengo tiempo para pensar, al no estar semana si y semana también por ahí de viaje.

El caso es que he visto en esta semana dos episodios de vida natural en la ciudad que me han dado mucha pena. Los cuento aquí a ver si así se me pasa un poco la pena y me sirve de catársis.

El primero fue el pasado Lunes. En un pequeño atasco de esos que se forman en todas las ciudades. Un par de kilómetros de coches avanzando lentamente por una autovía. En ambos sentidos, el mismo atasco. El sol intenta salir tímidamente tras las niebla. De pronto, pasando por mi izquierda, una familia de patos. Una mamá pata, con todos sus patitos siguiéndola. El pobre animal se había perdido: la autovía pasa cerca de un parque con un par de lagos. A la velocidad que se movía el tráfico no corrían peligro, pero estando sentado en el coche me invadió una tristeza que aún me dura. Esos pobres patitos, siguiendo ciegamente a su madre, ajenos al peligro del tráfico…

Sentí la necesidad de salvar a los patos, de meterlos en el maletero y llevarlos al parque, de llamar a alguien para que viniera por ellos. Pero no hice nada. Me di muchas excusas, que si el tiempo, que si el atasco, que si pitos, que si flautas, … Al día siguiente, cuando pasé por el mismo sitio, miraba buscando las señales en el asfalto del atropello. No las vi. Quizá alguien, después de todo, tuvo lo que yo no tuve para pararse y salvar a aquellos pequeños patos, perdidos entre el tráfico.

El segundo episodio viene ocurriendo todo el invierno. Junto al edificio en el que estoy hay un gran solar sin construir. Han excavado hasta el nivel necesario para hacer un aparcamiento, pero la obra lleva meses (o años, no lo se) parada. El caso es que con las lluvias se ha formado un pequeño lago. La tierra depositada sobre el hormigón ha permitido que crezcan plantas acuáticas (estamos junto al Guadalquivir) y ahora hay un pequeño ecosistema aquí al lado. Las ranas croan. Y eso es precisamente lo que me da pena. Esas ranas no saben que en un par de meses el sol de Sevilla secará su charca, y morirán de forma horrible, asadas sobre el hormigón reseco. El solar está vallado, y no hay forma de bajar a sacar las ranas. Más excusas.

El caso es que estos dos episodios quizá me recuerdan que la vida es efímera, que aunque seamos inocentes y no le hagamos daño a nadie puede estar esperándonos un terrible destino a la vuelta de la esquina. Aunque todo esto me lleva a ser aún más optimista de lo que soy, a afrontar la vida como viene y a disfrutar del momento.

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No me he ido, no

Después de varios meses sin escribir nada (bueno, aparentemente, ahora mismo lo comento) casi me cuesta volver a poner algo aquí. Aunque tengo tantas cosas que contar. Lo que no tengo claro es cómo. Un blog normalmente es algo temático: hay quien habla de cómo cuidar bonsais, unos de la situación política en Timor oriental, otros de qué hacer con un Amiga en los tiempos que corren.

El caso es que esta página se autodeclara como una página personal. Y. como nos pasa a las personas, contiene un poco de todo: temas informáticos, reflexiones del autor cuando está aburrido, fotos. Es un poco un cajón desastre de inquietudes y aficiones. Y también un apoyo a mi vida profesional.

Pero todo cambia. Mi vida profesional, una vez más ha cambiado. Me decía mi ex-socio en Elelog que cada tres años, aproximadamente, cambio en mi trabajo. Creo que para mucha gente en España, cambiar de trabajo a menudo suena a algo peyorativo. En mi nuevo puesto creo que valoran la experiencia y las diferentes visiones que aporta esto.

El caso es que quiero reorientar la web, fundamentalmente hacia la parte tecnológica. Y dentro de la tecnología, quedarme con mi Linux, Java y las retromáquinas, amén de otras cosas que me interese comentar. Probablemente las fotos las pase a Flickr.

Ahora que vuelvo a tener horarios quiero aprovechar las pausas de la comida para ir transformando mi web para que se ajuste más a lo que me gustaría ver cuando me conecto a ella. Ya iremos viendo.

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La vuelta

Y como comentaba en la última notica, no he podido aguantar hasta Septiembre. Ya hemos vuelto, aunque aún no estoy trabajando. Para un teletrabajador como yo, que encima soy mi propio jefe el concepto de «volver al trabajo» es un poco distinto que para el resto. En mi caso, no hay oficina a la que volver: seguiré en mi casa. Los ordenadores que usaré son los mismos que estoy usando ahora. La diferencia está en el uso y disfrute de los mismos.

Tendría que hablar un día largo y tendido sobre el uso de los ordenadores. Antes, con los primeros que tuve, mi ordenador era casi como mi novia: era un compañero de juegos, me enseñaba cosas, disfrutaba actualizándolo. Pero poco a poco la afición se convirtió en trabajo y, como decían en una película de cuyo título no me acuerdo «si quieren que ella deje de reír, cásenla, cásenla». Pues casi lo mismo. El mismo PC que me hizo disfrutar se convierte en compañero de trabajo y la magia se pierde.

Esto es lo que he intentado recuperar en este mes: el placer de usar el ordenador. Me he puesto una lista de «tareas» que casi me estresa: jugar al Civilization IV, Heroes of Might & Magic 5, mi Play Station II, importar vídeos antiguos a formato digital, etc. Expectativas demasiado altas y un poco más y me frustro por no poder hacer todo lo que quería. Siempre me faltan horas. Y siempre me faltarán, soy así, qué remedio.

Esta semana me dedicaré a irme activando poco a poco. A partir del 4 de Septiembre comienza de nuevo el baile. Como prometí, tengo muchas cosas que contar, a ver si me cunde el tiempo. ¡Nos vemos!

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Las vacaciones se acercan

Esto ha sido horrible. Tres meses en los que cada semana he tenido curso. Algunas semanas, cursos dobles (por la mañana y por la tarde). El resultado es que estoy agotado. Necesito mis vacaciones ¡pero ya!. Demasiados cursos: Java, Struts, Hibernate, Project, OpenCMS, …

Voy a meter el cerebro en hielo y espero que, a partir del próximo 31 de Julio, no vuelva a tocar un ordenador hasta al menos el 15 de Agosto. Fecha en la que vuelvo del viaje y a partir de cuando me dedicaré a jugar al Civilization IV para PC, Shadow of the Colossus (impresionante) para PS2, a configurar mis máquinas (las antiguas y las nuevas), etc. Ya en Septiembre volveré a la carga y pienso meter una gran cantidad de contenido en la web, especialmente sobre Java.

De momento ya he abierto una mini-sección sobre Java. Prefiero publicar pronto y luego ir añadiendo. EL 100% de poco es más que el 0% de mucho.

Aunque igual no puedo aguantar hasta Septiembre 🙂

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